11 sept 2009

Espejos

Sara tenía 14 años y disfrutaba de una vida tranquila en un piso con sus padres. Ese día fue al instituto como tantos otros pero se quedó castigada en la biblioteca haciendo un trabajo por haber suspendido un examen. Estaba muy cabreada porque esa tarde no pudo salir con sus amigas. Cuando salió eran alrededor de las ocho de la tarde y todo estaba oscuro excepto la calle mal iluminada por algunas farolas. No se preocupó ya que se sabía el camino de memoria y su casa estaba relativamente cerca, además ya era mayorcita como para tener miedo a la oscuridad.

De camino a casa, al doblar una esquina vio una niña más o menos de su misma edad plantada en medio de la carretera mirándose en un espejo de mano. Intrigada fue hasta su lado y le pregunto qué estaba haciendo.

- ¿Los espejos son misteriosos no crees? Siempre me he preguntado cómo hacen que un cristal refleje con tanta nitidez lo que hay al otro lado– dijo la niña.

- No se qué decir… ¿necesitas ayuda? ¿te has perdido?

Sara no podía ver bien la cara de la niña debido a su enmarañada melena y la luz de la calle no ayudaba precisamente. La niña le pregunto qué hacia en la calle a esas horas, a lo que Sara le contó lo de su castigo y lo enfadada que estaba con la vida.

- Desearía cambiar de vida – dijo Sara.

- Eso está hecho, sólo hay que mirar al espejo…

Sara sintió como su cuerpo empezaba a temblar y oía las carcajadas de la misteriosa niña. Todo empezó a girar en espiral, intentó gritar pero no se oía. Todo era oscuridad, vacío, soledad.

De repente despertó. La luz del sol se colaba tímidamente por las rejillas de su persiana. “Todo ha sido un sueño” se dijo en voz baja. Se fue a la ducha con el pijama empapado en sudor helado a darse un baño pero chocó contra un cristal. “¿Qué es esto?”. Se vio a sí misma levantarse de la cama bostezando y alzando la persiana. Sara no daba crédito a lo que veía. Se dio cuenta de que su punto de vista se correspondía con el espejo que había en su habitación. La “nueva” Sara sonrió en dirección al espejo mientras cogía una toalla para darse una ducha.

1 comentario:

  1. Meeee,

    Este bien podría ser el argumento de alguna serie ánime...

    qué chulo :)

    actualiza actualiza!

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